Se trata de la especialidad médica que estudié durante cuatro años tras acabar la carrera de Medicina y realizar las pruebas del Mir. El objetivo principal de la Rehabilitación es la recuperación de la función de todo el cuerpo o de una parte de él, como una rodilla o un hombro, por ejemplo. Se debe recuperar la fuerza, la flexibilidad, la coordinación, el equilibrio, la sensibilidad, la postura o el gesto, ya que se trata ante todo de que el paciente vuelva a integrarse en su vida diaria, trabajo o práctica del deporte. La Rehabilitación tiene un enfoque muy especial en el dolor, porque al principio, en muchas ocasiones, solo podemos tratar el dolor, la inflamación, la herida o la cicatriz. Esta especialidad se centra principalmente en el sistema musculoesquelético, músculo, tendón, hueso y fascias y gira también en torno al sistema neurológico, tratando la sensibilidad y la movilidad. El médico rehabilitador se coordina con el fisioterapeuta, el terapeuta ocupacional y el cirujano, formando por lo general un equipo multidisciplinar. Mi trabajo consiste en escuchar primeramente la historia médica del paciente, tras lo cual lo exploro e inicio la pauta de tratamiento más adecuada. En ocasiones, según el caso, me ayudo con nuevas pruebas, como el estudio de la marcha, ecografía, resonancia magnética u otros estudios. Igualmente, enseño cambios posturales, ejercicios, estiramientos o imparto consejos para el deporte que practique el paciente, posturas y estiramientos adecuados para la oficina o para las clases de danza. Uno de los tratamientos que practico son las infiltraciones con ácido hialurónico, que realizo en articulaciones como rodilla, hombro, tobillo, manos o cadera, puesto que hace disminuir el dolor, ayuda a la formación de colágeno en articulaciones con artrosis o lesiones del cartílago y además previene un desgaste aún mayor. Este tipo de infiltración se hace en la propia consulta y el paciente puede hacer su vida normal desde ese mismo día.